Esta mañana, al igual que muchos, yo también me he sentado delante del ordenador para hacer un pequeño balance de lo que ha sido nuestro 2013.
Comenzaba el año con enero y, después de unas semanas de vacaciones, me aguardaban muchos cambios en el trabajo. Volver a la rutina, la cuesta de enero... Un mes, cuanto menos, difícil. Febrero, el mes de mi cumpleaños llegaba con algunas propuestas que hacían crecer a Little Hannah, muy poco a poco, pero sin pausa. Tras soplar 29 velazas el día 27, nos plantábamos en marzo, un mes en el que cada día echaba la vista atrás a 2012 y contaba los días para celebrar el primer cumpleaños del peque. Un añito con él, creciendo (todos). Te das cuenta de lo mucho que te cambia la vida, pero para bien; aprendes a dar cariño sin esperar nada y a ver cómo una sonrisa hace que cada día de lluvia venga acompañado de sol :___)
Abril fue un mes difícil: muchas decisiones por tomar y el tiempo se me echaba encima. Así que para mayo, mi vida daba un giro radical: una excedencia, un cambio de escenario y directa a un campo que me era muy desconocido, el negocio familiar. Así que mayo llegaba con un viento de primavera diferente al de otros años, entrando en la espiral del autónomo-que-duerme-ni-en-días-de-fiesta. Ahora, te cuento un secreto: es la mejor decisión que he tomado nunca, con sus pros y sus contras.
Y por fin, se colaban junio y el verano en casa. Con el buen tiempo, llegó el que ha sido el descubrimiento para el peque: la piscina. Horas y horas nadando, lloros por los manguitos (solo los tres primeros días, por suerte). El crecimiento del blog se materializaba a mitad de año con un PROYECTAZO: escribir un libro sobre washi tape. Sería el primero en castellano, lleno de tutoriales. Una aventura que no creo que olvide jamás.
Planificación, organización, materiales nuevos, pruebas y más pruebas, un calor increíble y una bajad de defensas que me dejó KO durante unos días... Y julio llegaba con los primeros plazos. Calamar Ediciones me había propuesto algo genial, con libertad de creación y no podía defraudar. En agosto, con la llegada de las vacaciones de verano, aprovechaba para madrugar mucho y las siestas del peque para ponerme manos a la obra. Por supuesto, esto no hubiera sido posible sin mis chicos, mis Migueles :D
En septiembre, coincidiendo con la bienvenida al otoño, entrega los últimos capítulos de Washi Tape Manía. Además, comenzaba la parte de edición y de fotografía, una parte que disfruté como una enana. Durante dos días, ya metidos en octubre, LucíaM dio forma al libro, diseñando fotografías que iban a hacerlo aún más bonito. Verla trabajar ha sido una de las experiencias más guays de este año y del proceso de creación del libro.
Poco a poco el otoño se nos echó encima, Washi Tape Manía cumplió plazos y Calamar Ediciones hacía uno de mis sueños realidad en noviembre. ¡¡Mi primer libro publicado!! Y con una presentación y firma de libros en la tienda Soufflé que fue un exitazo. Fue de esos días en que te paras a pensar y te das cuenta de que no tienes una, sino varias hadas madrinas que, por unas cosas u otras, han hecho que todo pasara de un sueño a ser la vida misma.
Y, como si nada, comenzó diciembre, nuestro mes. Más actos de promoción del libro, problemas de salud que, afortunadamente han tenido buen desenlace, muchísimo trabajo y una Navidad donde hemos disfrutado mucho los tres en familia.
Probablemente se puede pedir más, pero quedarnos como estamos ya sería mucho pedir al año que entra. Así que, a 2014, decirle que sea bueno y que nos cuide; que le esperamos con una gran sonrisa :) Y no podemos olvidar darle gracias al que se va.
Y vosotros, todos, ¡¡muchas gracias por estar ahí cada día!!
¡Que tengáis un feliz día y una noche muy especial!
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