Cuando me hice con mi primer clipboard, lo compré para usarlo como base para cuando estoy haciendo pedidos, fotografiando, haciendo stock, revisando todo lo que ha llegado a la tienda. Me resulta muy útil a la hora de ir de un lado para otro del almacén con ello en la mano y tener que escribir incluso de pie. Evidentemente, este es el uso más clásico de los clipboard.
El primer panel de inspiración que hice fue sobre un clipboard y recuerdo que lo tuve en mi mesa hasta que tuve que desmontar la habitación donde tenía el estudio para dar paso al cuarto de Sofía. Tenía una figurita de madera que compré en Soufflé, un dibujo que Miguel hizo en la guarde, un lazo con un estampado bonito y una lámina que hice con washi tapes de corazones.
Es otro de los usos que me gustan para los clipboards: convertirlos en marcos de fotos. Este clipboard que ves en la foto que hay a continuación es pequeñito y es perfecto para colocar en él una fotografía tipo polaroid. Puedes apoyar sobre algo o ponerle un soporte con base de plástico para que quede de pie.
Si tu clipboard tiene una superficie plana, sin "bachecitos", puedes tenerlo sobre tu escritorio y convertirlo en base para escribir. Tendrás todos tus papeles ordenados y alcance del boli. Si la superficie es más rugosa, puedes poner una cartulina entre el clipboard y el papel para que puedas escribir bien sobre él.
Y por último, yo tengo varios clipboards en el trabajo y suelo agrupar los papeles por temáticas o tareas, para tener todo junto. Por ejemplo, las facturas que me llegan en un trimestre, están en un clipboard (con pinza grandecita, para que entren varios papeles); tengo otro donde guardo el listado del stock, las novedades de la semana y lo que está en el almacén pendiente de subir.
Espero que estas ideas os hayan gustado y que podáis incorporar los clipboards a vuestros de trabajo. A mí me han resultado muy útiles. Son artículos de papelería a los que doy mucho uso.
¡Que tengáis un feliz miércoles!
No hay comentarios:
Publicar un comentario